Su juego, feliz.

Finalidad:

Observar, escuchar, acompañar, estar sin estar, observar sin entrometerse, ofrecer lo justamente necesario, anticipación al proceso del juego pero sin condicionarlo, experimentar sensaciones nuevas, estimular los sentidos, discriminación sensorial, diferenciar distintas texturas, crear, inventar, psicomotricidad fina, coordinación óculo-manual, control postural, favorecer la expresión de sentimientos, comunicación, percepción, organización espacial, etc...

Edad recomendada:

A partir de 2 años. (Debemos ser flexibles, y tener en cuenta la edad evolutiva, no sólo la biológica).

Materiales:

  • Mesa exploración reciclada.
  • Bote de plástico.
  • Mortero y cuchara de madera.
  • Tenedores de plástico de juguetes.
  • Piedras redondas planas de colores.
  • Tacos planos de madera.
  • Tacos planos de plástico.
  • Azulejos de piscina.

Descripción de la actividad:

Ya sabéis lo amante que soy del juego libre, de las piezas sueltas, etc… En casa tenemos algunas colecciones de ellas guardadas en botes, a la vista y al alcance de las niñas. Alba está en su plena etapa de exploración y descubrimiento y llevo días observando como coge uno de los botes de la repisa , lo mira detenidamente y continuación lo agita con mucha fuerza, pero no hace el intento de abrirlo (tampoco podría). En él hay una mezcla de piezas, (piedras de color, azulejos piscina, tacos de madera y plástico).  

Hoy, aprovechando un ratito que nos hemos quedado solas en casa, he decido preparar un provocación con esas piezas en la mesa que reciclamos de su antiguo cambiador, y así poder observar su juego libre, no estructurado, sin el estímulo de observar a su hermana e imitarla. 

Nada mas verlo, su primera reacción ha sido la de “destrucción del escenario” riéndose a carcajadas,  seguidamente ha disfrutado jugando al trasvase, subiéndose encima de la mesa y esparciendo piezas con sus manos y pies,  he observado que le encantaba el sonido de las piezas al caer del bote a la mesa, lo llenaba y vaciaba muchas veces, también a simular que cocinaba y comía ayudándose de una cuchara y mortero. (De vez en cuando ha sido necesario que le recuerde…” no se come, se juega”), se mondaba de la risa repitiendo "no, no" y tocándose la boca o haciendo el gesto de comérselo una y otra vez, hasta que sin darnos cuenta estábamos las dos jugando a lo mismo. Ha sido un momento de reconectar con mi esencia y recordar que no hay nada más divertido en la vida que JUGAR.

Después de unos 20 minutos aproximadamente abandonaba la zona y ha ido a buscar sus muñecas, así que di por finalizado el juego. Al cabo de un rato, recogimos entre las dos y llevamos el “bote” a su lugar. 

Ha sido maravilloso observarla, escucharla y reírnos juntas. ¿Qué hará la próxima vez que lo vea? Continuará…

Cosas a tener en cuenta:

Siempre realizar la actividad bajo la supervisión de un adulto.

Relacionado

Explora otros artículos