Las emociones
Finalidad:
Profundizar en el reconocimiento de emociones y trabajar vocabulario emocional.
Al trabajar por rincones fomentamos la organización espacial y temporal, trabajo cooperativo, experimentación, motivación, respeto a la individualidad y normas de grupo, ayuda en el desarrollo y formación de la autoestima, favorece la expresión de sentimientos, comunicación, percepción, serena, tranquiliza, fomenta una personalidad creativa e inventiva, facilita la atención, concentración, psicomotricidad fina, coordinación óculo-manual, control postural, desarrollo de los sentidos, discriminación sensorial, diferenciar distintas texturas, etc...
Edad recomendada:
Materiales:
En esta ocasión realizaremos cuatro talleres, durante seis sesiones, voy a especificar los materiales que necesitaremos para poder llevarlos a cabo:
Taller 1: Plantilla cara del Monstruo de las emociones (cada sesión será un color/emoción: Azul-Triesteza, Amarillo-Alegría, Negro-Miedo, Rojo-Ira, Verde-Calma, Rosa-Amor). Tijeras para recortar la careta.
Taller 2: Plantilla sopa de letras en la cual deben encontrar la inicial de la emoción de la sesión. Plastilina del color de la emoción que trabajamos con el que haremos una bolita y lo pegaremos en la letra correponiente (cada sesión será un color/emoción: Azul-Triesteza, Amarillo-Alegría, Negro-Miedo, Rojo-Ira, Verde-Calma, Rosa-Amor).
Taller 3: Reflexión sobre en qué momento he percibido la emoción de la sesión. Usaremos la plantilla para poder plasmarla (dibujar, escribir, colorear etc…)
Taller 4: Figura grande hecha en cartulina del monstruo, del color de cada sesión. Utilizaremos materiales de distintas texturas (lana, papel seda, celofán, goma eva, telas etc…) para rasgar, cortar, enrollar y posteriormente pegarlo sobre el monstruo. Tijeras, punzón, pegamento.
Descripción de la actividad:
Cada sesión presentamos una emoción nueva con su correspondiente “monstruo“ el cual tiene asignado un color. Con esta emoción se realizan diferentes actividades manipulativas (los cuatro talleres descritos anteriormente).
Para su realización, he aprovechado la organización espacial de la clase( cuatro mesas con seis/siete alumnos) para dividir los grupos, los miembros de cada mesa realizarán un taller específico y después de diez minutos iremos rotando hasta haber disfrutado de las cuatro actividades.
Los alumnos viven con mucho entusiasmo este momento porque en cada sesión dan la bienvenida a un nuevo monstruo, el cual, les ayuda a reconocer cómo se sienten.
Como broche final a cada sesión además de llevar a cabo una metacognición (dónde se reflexiona más profundamente en qué momento han sentido esa emoción, cómo la han sabido gestionar, cómo se han sentido en estos talleres etc…) bailamos la canción “el monstruos de colores”.
Cosas a tener en cuenta:
Podemos utilizar como actividad motivadora el cuento “El Monstruo de los colores”.
Para que el material sea más duradero y reutilizable, recomiendo plastificar las plantillas de sopa de letras.
En el taller 3 se necesita la ayuda de un adulto.
Si quieres que la actividad sea más fluida,los materiales del taller 4 ya se darán recortados. Personalmente recomendaría que las sesiones fuesen semanales, pero todo dependerá de la realidad de cada aula.
Para las rotaciones utilizo un timbre (podría ser campana, silbato etc..) en un primer momento lo hago sonar, una vez para captar su atención, que paren y se serenen (les digo, “manos arriba”), a continuación, lo hago sonar dos veces, este es el momento de recoger el material y dejar todo tal y como se lo han encontrado y por último, lo hago sonar tres veces, es el momento de cambiar de taller.
Con los talleres trabajamos, entre otras cosas, la toma de decisiones, tras la presentación de las distintas actividades se dejará a los alumnos unos momentos para reflexionar con qué actividad les gustaría comenzar, cuando han tenido su desarrollo reflexivo,comienza una puesta en común con el grupo para realizar un proceso democrático y unificar cual será la primera actividad que realizarán todos conjuntamente.