Sin duda, mi libro estrella de este año, lo leo y releo muchas veces. Me ha llenado de inspiración para llevar a cabo muchas actividades en casa con nuestras hijas y en el colegio.
Me ha parecido muy interesante la actividad de reconectar con «tu niño interior» para poder SENTIR lo que es jugar.
Es un libro de fin abierto, un inicio, un reset, una puerta, una herramienta… Y, sobre todo, una provocación al juego, a la experimentación y a la creatividad.
Seguro que muchos de vosotros tenéis aún vívidas memorias de cuando un palo podía ser cualquier cosa, de cuando descubristeis que una caja de cartón era el mejor juguete del mundo, de los escenarios que hacíais para el fuerte de Playmobil o de hacer «comiditas» y experimentos culinarios con barro y otros miles de ingredientes. Las piezas sueltas son, dicho de forma sencilla, eso mismo: materiales de juego no estructurado. Materiales, cosas, objetos, utensilios, herramientas, ingredientes… y ya veréis que muchísimo más. Tienen en común una cosa: sin ser NADA pueden ser TODO. El único límite es la imaginación de quien las usa.
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